
Estamos convencidos de que muchas de nuestras decisiones son eso, nuestras y solamente nuestras, ¿no es así? Además, son las más acertadas porque hemos reflexionado el tiempo suficiente como para estar seguros de que es lo mejor que podemos hacer.
Pues si un día estás jugando a los dados y te sale tres veces seguidas el cinco, puedes creer erróneamente que estás en racha y que te van a seguir saliendo cincos. Esto es lo que se llama sesgo cognitivo : una interpretación equivocada e ilógica de la información disponible. Como nuestro cerebro no siempre puede analizar todos los datos de los que dispone, a veces funciona por ensayo-error. Hay diferentes sesgos cognitivos y seguro que nos identificamos con alguno de ellos:
Se trata de relacionar hechos que en realidad no lo están. Por ejemplo, cuando se cierra una ventana de golpe por la noche podemos intuir que se trata de un ladrón , esto ocurre porque cuando vivíamos en la Naturaleza, con los animales, nuestro cerebro tenía que ser muy cuidadoso, un error podría haber resultado fatal. Así, nuestro cerebro, prefiere crear una alarma que quedarse en reposo.
Pasa mucho en las discusiones políticas, tendemos a aceptar los argumentos que favorecen nuestras opiniones , mientras que somos más críticos y escépticos con las contrarias, es decir, somos más proclives a aceptar las ideas y propuestas que se alinean con lo que previamente pensábamos paz así reforzarlo.
Es la tendencia a dar altos índices de acierto a las descripciones de nuestra personalidad cuando estas son vagas e imprecisas o tan generales que se adaptan a muchos tipos de personas. Si crees en los horóscopos puedes estar sufriendo este efecto.