
Los narcisistas. Cada vez nos damos mas cuenta de su existencia y de lo negativos que pueden ser en las relaciones, tanto en las de pareja, como en las familiares.
Aunque todos los narcisistas parezcan iguales: grandilocuentes, con mucha confianza en sí mismos, impulsivos, con un sentido del derecho superior al de los demás, con poca empatía e incluso manipuladores, existen dos tipos, los vulnerables y los grandiosos. Ambos pueden ser solo fachada y esconder una gran inseguridad en su interior.
Empecemos por el principio… ¿Qué es el narcisismo? El narcisismo es una peculiaridad que se caracteriza por la grandiosidad, la confianza en uno mismo, la asunción de riesgos, la impulsividad, una visión exagerada de las propias habilidades, un sentido del derecho superior al de los demás, una baja empatía social y la voluntad y capacidad de usar a los demás para aumentar la propia autoestima.
Aunque a simple vista todos los narcisistas nos parezcan exactamente iguales, los psicólogos distinguen dos tipos bastante diferentes. Por un lado, están los “narcisistas vulnerables”, que son aquellos que tienen una baja autoestima (sí, has leído bien, baja), ansiedad por el apego y son muy sensibles a las críticas. Por otro, los «narcisistas grandiosos», que poseen una alta autoestima y se engrandecen a sí mismos.
Durante mucho tiempo el ser narcisista se consideraba un rasgo patológico de la personalidad, parecido a ser un sádico, un manipulador o incluso un psicópata. Sin embargo, un estudio realizado en 2021 con 270 personas con una edad media de 20 años, da más crédito a la idea de que los comportamientos narcisistas no siempre están motivados por lo mismo que la psicopatía. «Durante mucho tiempo, no estaba claro por qué los narcisistas tienen comportamientos desagradables, como la autocomplacencia, ya que en realidad hace que los demás les respeten menos. Nuestro trabajo revela que estos narcisistas no son grandilocuentes, sino más bien inseguros», afirma el psicólogo clínico Pascal Wallisch, de la Universidad de Nueva York.
«Más concretamente, los resultados sugieren que el narcisismo se entiende mejor como una adaptación compensatoria para superar y encubrir la baja autoestima», añadió la psicóloga clínica Mary Kowalchyk, que también ha participado en este estudio en el que se ha averiguado más sobre los dos tipos de narcisismo existente.
Kowalchyk y su equipo utilizaron una serie de medidas para evaluar en los participantes los niveles de distintos rasgos, entre ellos el narcisismo, la autoestima y la psicopatía. Descubrieron que el comportamiento flexivo (narcisista) está fuertemente asociado a los individuos que también tienen una alta inseguridad y sentido de la culpa. Los que mostraban psicopatía tenían unos niveles relativamente bajos de culpa.
«Los narcisistas son inseguros, y hacen frente a estas inseguridades flexionando. Esto hace que, a la larga, gusten menos a los demás, lo que agrava aún más sus inseguridades, lo que conduce a un círculo vicioso de conductas de flexión», dijo Kowalchyk.
Esto contrasta con las personas que muestran un narcisismo grandioso, que de verdad se sienten importantes y que no muestran signos de inseguridad. Para los investigadores, la diferencia entre ambos va más allá de una simple distinción de categorías. «Planteamos que lo que antes se consideraba narcisismo grandioso se entiende mejor como una manifestación conductual de la psicopatía», escribió el equipo en su artículo.
Reconocen que es necesario seguir investigando en una población más diversa y a mayor escala temporal para validar sus resultados. Pero estos nuevos hallazgos se alinean con un pequeño estudio de 2017, en el que los escáneres cerebrales de los hombres narcisistas revelaron angustia emocional y conflicto cuando se les mostró una foto de sí mismos.
De hecho, ha habido estudios contradictorios en torno a si los narcisistas se gustan o no a sí mismos. Al definir los dos tipos de narcisismo con mayor precisión, se pueden comprender mejor los distintos comportamientos, ya que ambos tipos de narcisistas pueden causar un daño real a las personas que los rodean.
Dejando de lado la patología, los rasgos narcisistas, que también se cree que están alimentados por un mayor enfoque en el individualismo, pueden verse reflejados en nuestra sociedad a través de la forma en que escribimos con más «yo» que «nosotros», con letras más centradas en el yo en nuestras canciones y con un cambio hacia historias basadas en la fama.
Los investigadores también han medido estos cambios. Por ejemplo, los índices de aprobación de la afirmación «soy una persona importante» han aumentado del 12 al 80 % en los adolescentes entre los años 1963 y 1992.
Además, darnos importancia a nosotros mismos en las redes sociales es algo muy frecuente hoy en día y con esto alimentamos colectivamente las inseguridades de no encajar. Estos comportamientos se deben a que los humanos somos una especie social.
Si ya se sabe que los narcisistas son realmente buenos en el uso de los medios sociales, no está tan claro que los medios sociales estén aumentando el narcisismo. El nuevo estudio sugiere que «un aumento en tales comportamientos, específicamente la autoelevación, tiene sentido dentro del marco que proponemos aquí, ya que la participación con los medios sociales intrínsecamente inflige la comparación social constante y la evaluación, lo que podría exacerbar las inseguridades sobre la autoestima».
La próxima vez que estés ante un narcisista, quizá podrías pararte a pensar que detrás de esa fachada grandilocuente, se esconde una persona con una gran inseguridad.
Referencia:
Kowalchyk, M. 2021. Narcissism through the lens of performative self-elevation. Personality and Individual Differences. DOI: https://doi.org/10.1016/j.paid.2021.110780