
El pensamiento obsesivo es un viejo conocido del ser humano adulto, los niños tienen la suerte de no sufrirlo casi nunca.
Los adultos podemos enredarnos en una idea y darle vueltas sin fin.
Generalmente, las cosas a las que les damos vueltas no suelen ser positivas. No nos quedamos gran parte del dia pensando en aquel viaje tan maravilloso o en aquella ocasión en que fuimos tan felices.
La mayoría de las veces a lo que nuestro pensamiento da vueltas es a los problemas, a las cosas sin resolver a la situaciones que nos crean ansiedad y nos angustian.
Darle muchas vueltas a las cosas y entrar en un bucle de pensamiento o en lo que podemos llamar un pensamiento obsesivo, generalmente no ayuda a buscar soluciones, porque esa búsqueda está teñida de demasiada ansiedad y los pensamientos suelen ser negativos.
Hay veces que el pensamiento obsesivo no ocurre porque le estemos dando vueltas a algo para buscar una solución sino porque algo ha ocurrido y nos no nos ha gustado, nos hemos sentido mal , entonces empezamos a darle vueltas y vueltas a ese pensamiento, cuando en realidad tampoco podemos hacer nada para cambiarlo porque ya ocurrió y eso no se puede cambiar.
Este tipo de pensamiento es más frecuente de lo que creemos porque aproximadamente una persona de cada 50 lo tiene.
Recomendaciones para las personas con pensamiento obsesivo:
Cuando pensemos que no podemos hacerlo, que no podemos de dejar de pensar en algo, precisamente en lo que hay que pensar es que el pensamiento es solo nuestro. Nadie lo controla más que nosotros mismos y eso es lo que podemos aprender a hacer.
Maria J. Torrecilla.
Psicóloga Clinica