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La importancia del contacto físico y el distanciamiento social

Publicado el 25 septiembre, 2020

El contacto físico entre las personas tiene una serie de beneficios emocionales y para la salud. Somos seres sociales y por tanto nos sentimos completos cuando entramos en contacto con los  demás. 

La distancia social, impuesta por las circunstancias y la cuarentena, no es beneficiosa. Incluso a nivel fisiológico se ha comprobado que el contacto físico aumenta la producción de  serotonina, dopamina y oxitocina. Las tres son hormonas y están asociadas al bienestar físico y emocional. 

Así también el contacto estimula el sistema nervioso parasimpático, lo que en lenguaje coloquial  llamamos mecanismo de relajación. 

Además, cada vez que alguien nos toca con cariño, una gran cantidad de receptores de presión  que están en la piel, envían señales al cerebro para que éste reduzca la producción de cortisol  que es la hormona contraria al bienestar y la responsable del estrés. 

En los bebés el contacto físico, las caricias y los abrazos son tan importantes como la comida o  el sueño. Un ser humano no puede sobrevivir sin ese contacto. 

Según un estudio de la Universidad de Chappelle Hill, en EEUU, “Abrazarse o tomarse de la  mano durante al menos 10 minutos al día puede reducir los efectos físicos perjudiciales del  estrés”. 

El tacto es el primer sentido que se desarrolla, lo tienen los bebés recién nacidos. La piel está  íntimamente ligada al sistema nervioso, por eso, ese tacto en forma de abrazo, se traduce de  inmediato en un estado filológico de nuestro cerebro . El contacto piel con piel incide en nuestro  bienestar y es una valiosa fuente de salud mental. 

El siguiente ejemplo sirve para ilustrar estas ideas: 

En los años 60 el psicólogo y psiquiatra Harry Harlow llevó al laboratorio la teoría del apego de  John Bowlby, que teorizaba la importancia del vínculo madre-hijo para un crecimiento sano.  Para ello utilizó crias de macaco en lo que hoy consideraríamos un experimento cruel.  

En el laboratorio creó dos tipos de madres artificiales: una recubierta de alambre que era la que  suministraba la comida y otra recubierta de felpa que solo proporcionaba a los bebés el tacto.  Todos las crías preferían la madre de felpa y solo acudían a la madre de alambre cuando tenían  hambre.  

Otro de los experimentos consistía en exponer a los jóvenes macacos a un estímulo estresante  nuevo. Los que estaban con la madre de felpa reaccionaban primero buscando cobijo y después  empezaban a explorar .Pero cuando esto ocurría con la madre de alambre se asustaban tanto que  se quedaban paralizados  

En un tercer experimento llamado “la prueba del miedo” se les sometía a un estímulo estresante  ( como un muñeco que emitía fuertes ruidos ). Una vez, más si la madre de felpa estaba cerca el  mono se mostraba más confiado y menos asustado.  

Los efectos de la separación temprana madre e hijo fueron demoledores, la incidencia en el  desarrollo psicológico de los jóvenes macacos dió lugar a importantes trastornos emocionales y a  dificultades graves en la sociabilidad y el desarrollo psicológico, incluida la depresión.  

El contacto físico con las personas a las que queremos es imprescindible además de una forma  de comunicación con los que nos rodean. De él dependen, en gran parte, nuestra salud física y  mental.

La situación actual nos invita a no tocarnos, cualquier roce se percibe como un peligro y estamos  dejando atrás el valor del contacto, de la caricia, del abrazo 

Los gestos cotidianos, que en las circunstancias actuales de distanciamiento social no son  aconsejables, como saludar a alguien cercano con un abrazo, besar a quienes queremos, recibir  un masaje y otros gestos parecidos, contribuyen claramente a nuestro bienestar físico y mental.  Por ello, en cuanto las circunstancias varíen y salgamos de la pandemia, sería muy beneficioso,  teniendo en cuenta el tiempo que hemos pasado en la lejanía física de las personas que nos  importan, volver a abrazar, a besar y a acariciar quienes queremos.

 

María J. Torrecilla  
Psicóloga Clínica 

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