
Nuestros hijos y su educación se merecen nuestra atención plena. Cuando nosotros, los adultos, nos excedemos en la utilización del móvil, estamos incitando a los más pequeños a que hagan lo mismo.
Porque una de las características de la infancia y del aprendizaje infantil es la imitación, si los padres hacen algo, los niños prueban a hacerlo también y cuando prueban el teléfono móvil les gusta, porque es fácil y da una información visual muy rápida y entretiene mucho .
Si nosotros utilizamos el móvil constantemente, no podemos decirles a los niños que ellos no lo hagan. Si queremos que aprendan a controlarse, tendremos que hacerlo nosotros también. El mecanismo que ocurre cuando uno aprende a aguantar una situación sin placebos, es decir sin nada que nos proporcione placer, se llama autorregulación.
La autorregulación, en este caso, sería la capacidad de estar un tiempo tranquilos, sin ansiedad
por mirar el móvil. En el caso de los niños, sin ansiedad por estar siempre ocupados mirando una pantalla en vez de
controlarse y a veces también, porque no decirlo, de aburrirse. Deberíamos dejar que ellos, los más pequeños, pudieran autorregularse, aunque al principio estén más nerviosos y nos den más la lata. Pero el ayudar a nuestros hijos a generar ese mecanismo es muy importante para su vida futura.
No pasa nada porque los niños se aburran, al contrario, es bueno muchas veces que no tengan
nada que hacer, ningún instrumento cerca, para que así desarrollen su imaginación o aprendan a
estar tranquilos y aguantar situaciones sin tener un placebo.